Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
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miércoles, 31 de diciembre de 2008

Mi Abuelo decía...

Mi abuelo decía que una vida tiene muchas lecturas, que todo depende del punto de mira que adoptemos para contemplarla. Nunca será el mismo bajo ninguna circunstancia.

Imagina – me decía- que subieras a la cima de una montaña, si miras al norte quizás veas pastos y ganado, si miras al sur verán tus ojos huertos, olivos, fresas y cultivos, si te giras al oeste podrías ver bosques enormes, un espesor de árboles formando una meseta verde y al este quizá un cruce de caminos… ¿lo ves?, basta con cambiar el punto desde el que miras al mundo y el mundo parece diferente…parecerá que miras por un calidoscopio… todo es tan cambiante.

Algo parecido pasa con la vida, todos decimos he vivido una vida, pero no es así del todo, la vida se divide en etapas y todas son distintas, como la cara y la cruz de una misma moneda. Podría decirse que vivimos más de una vida, aunque sea entre comillas.

Todas las etapas tienen su espacio único con su parcela delimitada y una circunstancia donde hay cambios inesperados que no controlamos del todo, pasando a otra etapa, por ejemplo cuando tú de la niña que eres ahora, pases a se una adolescente, entonces podríamos decir que son formas de vida en nuestra vida… con ritmos propios que no se asemeja al resto de la vida, es muy distinto ser niña a ser una anciana, pero si llegas, estarás viviendo otra etapa, nada parecida pero es una etapa de tu vida que la completa.

La percepción es lenta pues se concreta a medida que pasan una y otra sin apenas darnos cuenta, porque nos vamos acostumbrando a esas transformaciones que se producen en la cotidianidad que aparentemente nos acostumbramos a ellas pero que a veces no nos son gratas pues nos rompe la visión de lo conocido, pasando desde la mirada a la inmediatez… pasa tan rápido.

Cuando te des cuenta habrás pasado de levantar castillos en la arena, de soñar despierta, de mirar el infinito a ver el horizonte que ya no es una línea desdibujada, sino tu realidad.

Y te habrás encontrado al mirar atrás con más de una vida y con un corte entre el pasado y el presente implicando cambios de lugar y de espacio… ¿Entiendes mi niña?

Mientras yo le miraba su aspecto sereno y sabio adaptado a los envites de la vida.

Había casi entendido su explicación pero lo que si sentí de sopetón, fueron oleadas de ternura ahogando mi corazón niño, por aquella figura de hombre bueno que me enseñaba…

“Y en todo ese pasar,

tienes que procurar

buscarte tu propia medicina

para casi todas las cosas…

“el tiempo que sana los dolores

más profundos,

y la distancia, una medicina

que nos salva del sufrimiento.

-Vamos niña, el libro de la vida por hoy se ha cerrado,

ahora, vamos los dos a jugar al patio.

La Guerra Absurda.


Menuda represalia sin fin están masticando entre Israelíes y Palestinos, ellos mismos se están condenando a una lucha sangrienta que se renueva desde hace sesenta años.

La franja de Gaza superpoblada y superpobre, superdominada por los extremos de Hamas enfrentada a su vez a la autoridad nacional Palestina, Hamas es el fruto de la desesperación de casi todo un pueblo despojado de su territorio y obsesionado ilusoriamente con que debe exterminar al estado de Israel.

Hamas con sus escasos resultados e Israel con una máquina de matar y una unidad muy superior, y entre medio de todo esto, los inocentes, niños y civiles, siempre ocurre lo mismo, se buscan objetivos militares pero en el balance final, siempre caen los objetivos no buscados, o será que no distinguen ni quieren distinguir. Territorio de Hamas, territorio enemigo, territorio a arrasar. Historia ya rutinaria gobernada por la irreconciliabilidad entre los contendientes.

Un bando ya arrasa al enemigo, el otro lo ansia pero no puede, el primero crece en soberbia y obcecación, el segundo en frustración, ninguno está dispuesto a colaborar para un posible arreglo, uno no entra en batalla si el otro no quiere, pero ninguno quiere ponerse en el lugar del otro, o como mínimo aceptar ese derecho a vivir y a convivir.

Demasiados Dioses para tan poco espacio y demasiadas historias de guerra para una geografía tan reducida, yo pienso que todo iría mejor si nadie se creyera el elegido y si los Dioses y las creencias no estuvieran en medio de las vidas de los mortales.

El conflicto de Oriente es el más envenenado, el que menos esperanzas tiene de ser solucionado, divide a la opinión pública internacional con demasiados prejuicios e incondicionalidades arbitrarias y lleno de hipocresías de los gobiernos que deberían imponer la paz a quienes no la quieren, que son muchos, si no liberan sus mentes no habrá guerra final, sino más guerras donde morirán más inocentes. Hasta donde llegará la obcecación, el egoísmo, la soberbia, la falta de generosidad y la irresponsabilidad, el fraude y la corrupción unidos todos esos conceptos al más grande de los fanatismos… sencillamente a la destrucción. El pastel se ha quedado pequeño para tantos comensales, aunque creo que si se hiciera un reparto justo llegaría para todos, solo se trata de ser humildes, solidarios y humanos, conceptos que ya no se sabe ni su significado.

Espero que el año próximo, 2009 sea el año de las hermandades entre los pueblos. Amén.

¡Qué ilusa yo ¿no?

Hay deseos que siempre serán imposibles porque el hombre es polémico por naturaleza desde siempre y para siempre… el ser humano… tan sencillo y a la vez tan complicado.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Isabel4

Isabel ha vuelto.

-Pero Isabel has vuelto pronto ¿pasó algo?

-No hija, solo fui para Navidad, ya sabes ellos salen en año viejo y prefiero estar aquí.

-Entonces te vendrás conmigo a casa de mi madre, no pienso dejarte sola, yo saldré después y os haréis compañía.

-Y anímate que tomaras las uvas con mucha gente.

- Niña ahora estoy en un periodo de reflexión y confusión, ya no soy la mujer joven que tiene la vida repleta de proyectos que llevar a cabo, aquellos que prematuramente me arrancaron de cuajo, ahora soy un ser desvalido que mira al mundo con sensación de fraude, la guerra me arrancó el amor y mi único hijo me ha defraudado, tengo la certeza que me cambiaron la historia, esa que debió ser diferente y que ha sido un relato de pérdidas, las personas importantes de mi vida no están y sus retratos toman la forma de fantasmas para ayudarme a superarlo- a veces no sé si deseo que Isabel sea tan real contándome su historia, habría querido no saber más, vivir algo más ignorante, porque sencillamente me duele, sé que me apasiona observarla, que tiene mucha materia para mis letras, pero me lanzan en ocasiones cuando la escucho a un abismo de tristeza, a veces la vida dibuja círculos poco creíbles y como ella dice, nos cuesta aceptarlo con la cabeza, pero el corazón lo dicta, cuando él te habla, demasiadas veces sirve para recordarnos que nada fue como lo hubiéramos deseado.

_A veces niña-proseguía- vivo una sensación de incendio, y otras de hielo, a veces no quiero caminar y otras me gana la prisa por llegar, por eso niña, tú tienes que ir muchas veces a buscarme, porque no quiero encontrarme, me voy a la calle a soltar en el aire los restos de los momentos que quise retener, después me encuentro con tus ojos llenos de cariño de día o de noche en plena calle, me hacen volver…

Sé que me observas en muchas ocasiones perpleja, pero siempre me escuchas y sabes hacerme entender lo que debo de hacer.

El otro día-me contaba- me dio por abrir el armario viejo, ese que guarda cada uno de los vestidos que me compré para cuando mi marido volviera de la guerra, todos ordenados por fechas, cada uno de ellos me escondía una realidad que nunca supe o no quise reconocer, empecé por vestidos sencillos, y mientras más carencias sentía, más adornos les colocaba, añadiendo a esas carencias dosis de fantasía, entonces se iban convirtiendo en disfraces, añadiendo más peso encima, cuando ya él dejó su último aliento en aquella guerra absurda, dejaron los armarios de llenarse de vestidos y con ellos una Isabel que ya casi está olvidada.

¿Cómo podía haberme transformado de esa manera?

Un día los rizos de mi pelo negro, esos que me caían en cascada por debajo de la espalda, como olas que se agitaban si movía la cabeza, fueron cortados y ya nunca fui la misma.

Todo se volvió lento, cada momento tenía una forma propia que me declararon enferma de tristeza, no pude evitarlo, los años no borran la memoria al menos con voluntad propia y todo ha formado parte de mi metamorfosis…

Después Isabel guarda silencio, un silencio eterno que acompaño mientras le acaricio la mano, entonces guarda sus recuerdos en el armario con los vestidos y sus etiquetas, algo de lo que me alegro y luego, me pregunta si voy a ir de fiesta para despedir el año viejo…