Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
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lunes, 12 de octubre de 2009

Sencilla y Desgarradamente.


Una noche cualquiera…


Mi mesa y el café, mis apuntes de versos inacabados, el silencio que me busco para acabarlos, mis libros apilados, el ordenador y la tinta roja del sentimiento, derramado en mi cuaderno…


El zumo de luna como una enredadera, baja a mi ventana desde algún punto de alguna estrella…

Se cuela por mis venas

gotea su espesura por mi aliento,

y como un relámpago,

me explota dentro…


Y se produce el encuentro, la pluma, la luna, su luz y el sentimiento, y este silencio de fuera que no lo guardo dentro…


Se arraiga, se alza, se vierte

y se rompe hasta dejarse ver,

en letras sin retornos

y con un algo de vértigo,

se desnudan en ágil torbellino

y la pluma va trazando caminos…


Sigue el rastro de mis pasos, el latido de mis sueños, sale de su letargo.

Con sus alas de pájaro, va dejando su vuelo entre mis manos con suaves aletazos,

mis dedos que escriben

mis labios que asienten ,

emprenden la aventura en busca de la Musa

y todo fluye… sencillamente.


Solo es dejarse guiar, como el agua que camina por los surcos de la tierra alterando la floresta, y la sangre que sube o que baja por la estrechez de las venas…


Como en un paréntesis de soledad crece el deseo de contar, y en un momento pleno y propio, los pensamientos se convierten en criaturas voladoras mientras que por la piel, suda sensibilidad…


Abres el corazón y abrazas su extensión, con sus relieves conocidos golpeando los cantos de dentro… y explicas los detalles, te recreas en los matices y sin sentido del equilibrio, caen lentamente…


Vuelan los dedos agarrados a la pluma y desde la noche baja la luna… Sencilla y desgarradoramente…

viernes, 9 de octubre de 2009

Campos de Andalucía.


Al mediodía, Andalucía sin viento,

está como detenida en el tiempo;

el paisaje entero es un éxtasis de sol,

se me caen de entre los dedos las rimas

para pegarle eternidad a sus paisajes,

llenos de llanto quebrado

en el recuerdo de su historia,

de su boca sin esperanza

y su voz rota de flamenco

a modo de queja y de lamento.


La cara a veces seca y otras verde del paisaje,

es una loma suave,

como una mejilla humana,

y el río que hiere la noche con su pulso inaplicado,

pareciera las lágrimas que antaño,

andaluces han llorado.


Refrescando el brocado quemante

de los diurnos 40 grados…

en ese silencio de su fondo,

se hacen ahora silencio mis ojos

entrando en mí y enredando a mi corazón,

la mar que me rodea,

me va cantando,

verde que te quiero verde,

verde agua de los mares,

verde de los olivares,

verde, verde…


En mis ojos se van quedando los cerros,

los frutos, los campos, los pueblos,

esa maravilla que al pasar nos va entregando…

Una hierbabuena del campo

que adorna los pucheros,

un azahar de olor en el pañuelo

y por el cielo,

explosiones de jazmín y de romero

y de sol y sal el pecho lleno…


Su cara como una loma de color miel

con sus pestañas de jara y tomillo,

sus ojos verdes de destellos dorados a cebada y trigo,

sus mejillas rojas de fresas dulces y reventonas,

su vientre de encina y de bellotas

llena de gritos de arte pa protestarte,

los surcos que la pena cava

en los extremos de su boca

y sus orejas abandonadas,

sordas,

como el lagarto verde

que bebe el sol a la hora de la siesta,

y la juncia, y los naranjos y los almendros florecidos blancos…


y la sombra triste que cae sobre los campos,

de sudores llenos y de fandangos,

y entre los pechos,

un mar tan ancho…


Camino sobre tu cuerpo,

con los ojos bajos sobre tus párpados,

recogiendo la belleza y el peso de tu tierra,

como el agua que se bebe a flor de labios

para quedarse en mis ojos abiertos,

empachados de ti... llenos…

jueves, 8 de octubre de 2009

De Ausencias y Chaquetas.


Se derrama el tiempo por las calles ausentes, circula lento entre luces caídas de todas las hogueras, sobre los lienzos bordados de secretos encontrados, entre las flores esparcidas que un día florecieron, en las sonrisas de encaje que guardan los espejos, en la agonía del barro que persiguen las manos, en el agua que cruzan los ríos mojados con música de espigas a las orillas del campo, entre los muros de la historia que guarda los abismos, entre la trama del mar que rompe aristas blancas, en los arcos que rescatan silencios impalpables dormidos en los atrios de los pasadizos que unen fronteras, por donde circulan palomas blancas y faisanes con capas nacionales…


Los ojos que callan bajo un sol amarillo rojo y gualda, el silencio se encrespa por las paredes, corriendo va su pena por las casas desiertas, añoran sobre todo, la voz y la mirada…


Nadie dice nada, la masa es la ausencia y la luna se ha parado al filo de la madrugada…


Se esconde en el bolsillo alguna leve luz que se ahoga en el fondo escondido de las bocas inertes, y los “perros de la noche” son negros, como la mentira y la muerte…


Se oyen pasos, un hombre duda en la vertiente de caminos inminentes.


Garzón desvía la mirada y echa la llave… Qué nombre guardará en ese oleoso verde del giro insondable… se oye sobre la ausencia un giro metálico de pincel que suena a deshonesto, y repta… repta por las tapias ausentes…Detrás, ha tirado la llave de la evidencia, borrón y cuenta nueva…


El Juez, respira y descansa bajo su chaqueta, fabricada de volátiles plumas de quienes no vuelan, presume de su estampa… y repta…

Es noche cerrada, no pude verle el color de su chaqueta, pero no era amarilla, ni roja ni siquiera gualda... la vi negra, como la noche negra...