Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
.

jueves, 13 de mayo de 2010

Otro 13 de Mayo


Aquí vengo,
a pasar otro 13 de Mayo,
con los ojos de manzana
y los labios de cuchillo...
Trece de mayo
es la cita que tengo año tras año,
conmigo,
y vengo a registrarlo...
Nada en particular,
solo un cumpleaños
que sirve para recordarlo,
un trece de mayo...
Pero bueno... ¡Estoy de Cumpleaños!

domingo, 9 de mayo de 2010

Mis Inquilinas

Un día cualquiera de Abril, me despertaron de nuevo sus trinos, mis amigas las golondrinas repetían sus vacaciones en mi patio trasero, se ve que el año pasado, el primero, se lo pasaron de fábula y han vuelto a repetir su vacaciones estivales durante otros dos meses a mi lado.
Han estado semanas preparando su nido, increíble como las dos se turnaban para elaborarlo brizna a brizna, trinando contentas a todas horas, sobre todo a las siete y media de la mañana cuando se esmeraban por despertarme y hacerme partícipe de su algarabía.
Me conocen por supuesto, se acercan casi a mi mano, a la maceta que descansa en la ventana y se dejan hacer fotos, parece ser que me han elegido como familia, no sé que tiempo falta para que vengan sus crías pero no debe tardar mucho y el nido está completamente terminado, en un rincón de la pared del patio a la altura de mi habitación, y estamos esperando, al igual que el año pasado, estoy segura de que son las mismas.
A la hora en que la tarde se siente herida y muere el día cayendo la noche, se callan y se esconden en el nido, e interrumpen sus vuelos como un ciego compás sobre mis tendederos, como si un papel, fuera rasgado por la belleza de un verso sublime, un sueño de vida sin desfallecer, esperando la vida…
Cuando la noche decide caer sobre mi patio, las golondrinas abandonan la última frontera de luz para volver a su nido, hasta que devastan las huestes del alba siguiente con sus trinos, imponiendo sus penas y alegrías en los estatutos del día y hasta la noche.
He dejado de tender en el patio para convertirlo en un orto de lluvia y de sol y de trinos como briznas amorosas bajo la luz de la luna. A veces toman mi persiana picoteando como si fuera una llamada, yo salgo y les dejo virutas de pan y de cereales aunque no siempre las comen, pero se posan en el poyete de la ventana y no se van cuando me dejan mirarlas.
Cuando se funde la noche con el trino del alma, acaricia la calma su nido y mi ventana y en la mañana vendrá trémulo el viento cargado de trinos llenándome de sentimientos, cantándome a las orillas del alba… Un día tal como llegaron se irán, se irán las oscuras golondrinas de mi ventana, emprenderán su vuelo en la alborada después de anidar en mi alma… Mis inquilinas siempre tendrán sus alas y su nido cerca de mi ventana

María al descubierto_historias contadas.


Cuando pasa por las mesas siempre ofrece leerte la mano, es una mujer mayor de cuerpo menudo y la mirada más triste del mundo, tiene buenas maneras y es bastante dulce, más que su historia, seguramente.
Se pasea por las calles del centro, y a veces se sienta en las mesas con la gente que se ha acostumbrado a ella, te sonríe sin perder su tristeza, fuma un cigarro y en su humo pierde la noción y parece perderse en el tiempo, sus ojos quedan fijos y empiezan a perder el veneno de la vida, la tristeza, se endulzan, y brillan …
Ese veneno que siente el poeta, la angustia, el vértigo que ve en los otros sin que a veces ni siquiera sea mostrado, como si en vez de estar fuera, estuviera dentro, y sobre las páginas cae vencido por las palabras, como una lluvia sin nubes que cae hacia el borde… lluvia llena de contenido que trenza los paisajes…
Ella es entonces por unos instantes como ese poeta que mira por una ventana buscando los sueños, y María dice más mientras más calla, como una hacedora de versos, porque se llama María a quien un día le vino una lluvia de piedras dejándola herida.