Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

La Tierra
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sábado, 26 de marzo de 2011

Así


Yo soy así, como soy. Caigo de todas las alturas, me desmorono, bajo a los abismos que nadie baja y, aunque mucho menos, también subo a las alturas.
Y tengo en mi pecho una rueda que gira y palpita y riego mi interior con perfumes de mi tierra, jazmines y azahares y pinos verdes, una fragancia perfecta …
Yo vivo la vida del sentimiento, me gusta besar en los ojos porque me produce paz, aunque sea efímera, me gusta la poesía y aspiro escribirla y a sentir la piel de gallina al leerla a ser parte de su locura. Reconozco que es una osadía, pero una osadía de gloria, de magia divina, y reconozco que otras veces, me saturo de ella y, yo que escribo siempre lo que vivo, me sumerjo en el olvido y duermo por un tiempo, un tiempo que nunca es muy largo, pues me grita mi alma y no lo resisto, cada día es más grande ese grito, como si fuera otro que no oyera nunca, como un viento acerbo sobre las hojas desnudas levantando un puño y, un puñado de letras en pie de lucha abren la puerta y las hojas desnudas se hacen murales que lleno de rayos, estrellas y centellas … mi universo interno…

miércoles, 23 de marzo de 2011

De Reyes y Reinas -de Arnaud Desplechin

El agua se aprende por la sed,

La tierra por los mares navegados,

El éxtasis por la agonía,

La paz por las batallas relatadas,

El amor por la memoria.

Ya no tengo sed, tengo los pies en la tierra, y ahora por fin estoy en paz.


Emily Dickinson


El poema de Emily Dickinson invita a releer la obra de la dama de Amherst, ¿o no?


viernes, 18 de marzo de 2011

Escribe


Ven, vamos a escribir, aquí, allí,
en el blog
en la pared, en la sombra
en los trenes, en los templos,
para no quedarnos solos
que el silencio no vista la aurora
de volantes silenciosos
levantemos el vuelo
cruzando la distancia,
pero que siempre podamos volver la espalda
para no dar cobijo al olvido
escribe, que yo siempre en mi corazón
sabes que te escribo.
Y que sumo a tus letras esa voz cautiva,
que suena tannto a tuya,
vamos a regar de letras los quicios del viento,
las aceras, los acantilados, el mar y el firmamento,
la luna, las estrellas, las alamedas,
los besos, los abrazos violetas, los azules del cielo...
y en vez de irnos de copas, vámonos de versos
y salgamos del cortejo de los cuerdos.