jueves, 12 de enero de 2012
Y es que...
... a veces en este mundo me siento extraña
soy muchas veces como la tarde de invierno
que pronta, la noche halla
buscando siempre la mañana...
y otras soy como un árbol
alzando al cielo sus ramas
buscando el sitio exacto
donde abrigar su alma.
Yo sé, que a veces huyo cuando el amor me llama
y escondo sus caricias
entre las plumas de mis alas
y me hago sorda al inmenso grito
sin medida que su voz susurra en mis oídos...
Lo sé...
porque sé también que soy un alma libre
dueña del tiempo que respiro, si respira,
la libertad me priva del tiempo que te guardo
sabiendo que me habitas...
Yo sé...
que algunas veces me siento perdida ,
en medio de la tarde derramada,
será que el tiempo...
no quiso todavía...
que tu voz, fuera el abrigo de mi alma.
soy muchas veces como la tarde de invierno
que pronta, la noche halla
buscando siempre la mañana...
y otras soy como un árbol
alzando al cielo sus ramas
buscando el sitio exacto
donde abrigar su alma.
Yo sé, que a veces huyo cuando el amor me llama
y escondo sus caricias
entre las plumas de mis alas
y me hago sorda al inmenso grito
sin medida que su voz susurra en mis oídos...
Lo sé...
porque sé también que soy un alma libre
dueña del tiempo que respiro, si respira,
la libertad me priva del tiempo que te guardo
sabiendo que me habitas...
Yo sé...
que algunas veces me siento perdida ,
en medio de la tarde derramada,
será que el tiempo...
no quiso todavía...
que tu voz, fuera el abrigo de mi alma.
viernes, 30 de diciembre de 2011
Feliz 2012 para Todos
Alguien muy querido me dijo un día-alrededor de una mesa- que en ocasiones especiales como Nochebuena y Noche Vieja, cuando se reúne la alegría con buena comida y gente querida se llena la mesa de paz y armonía... que el tiempo que transcurre en la mesa no cuenta, el paladar y la comunicación desarrollan el poder mágico de conjurar el paso del tiempo y detenerlo, por eso, apenas nos damos cuenta y luego, corremos a las uvas apresuradamente para no perdernos ni un solo segundo de las últimas 12 campanadas del año que se hizo viejo y agarrarnos con ansias al que llega nuevo... entonces vuelve el poder mágico de la plenitud de sentirse viva al lado de tu gente, y agradeces ver el nuevo año deseando lo mejor para ti y los que te rodean, la última campanada suena y pides una fuerza renovada, nueva, para seguir el ritmo alucinante de la vida...
Espero que todos los que pasen por mi blog y los que no, en este día último del año, sientan lo mismo que ahora cuento, el momento mágico alrededor de esa mesa, que les venga el 2012 mejor que el anterior y que les traiga una nueva fuerza para seguir en armonía de cuerpo y de mente durante todo los días del próximo año aunque en alguna ocasión soplen aires de provisionalidad o dificultad.
Os deseo lo mejor. Feliz año para todo el el 2012. Desde mi corazón.
jueves, 8 de diciembre de 2011
Yo como tú.
Nunca heriré mi corazón con el frío de la escarcha, ni
dejaré que se enreden mis ojos en las agujas del reloj… aunque no abandone mi perfil
ensimismado mientras escribo mis poemas arrimada a mi rincón, para que el vacío del tiempo se
llene de palabras y los espacios en blanco se llenen de amor, de pena, alegría, o de
dolor… transmitiendo el tiempo entre las piezas negras y blancas de la partida de la
vida con grandes victorias o nimias pérdidas, cuando ya se hayan juntado todas las
hambres con todas las ganas de comida.
Ayer reconocí la soledad en los ojos de un amigo, a veces la
descubres en la necesidad de una sonrisa o de un abrazo, sus ojos sonrieron de
inmediato, enredándose en lo imposible de mis ojos… necesitaba un abrazo… muchas veces yo
también lo necesito con urgencia, como hoy y quizá también mañana.
Fue un
impulso,
Un relámpago,
Una sonrisa blanca
En los labios…
Y sólo es un día de diciembre
Y allí al frente,
Imprescindible…el horizonte rastreando sueños, en el
universo de una mujer que con toda la fuerza jubilosa de su corazón late la secreta
armonía de todas las cosas…
un abrazo solidario.
De pronto en un aterrizaje de armónica coreografía, un
pájaro con cresta roja que
remataba su cabeza negra sobre un plumaje blanco, sostuvo mi
mirada, era un Cóndor y me dijo gracias...
Como un doctor en el aire dejando su cariño suspendido…
Sí, ya me dirás que soy una soñadora, que escribe poemas en
las servilletas de los bares, y que en el azul magnífico del Atlántico
improviso un escenario donde vuelvo loco
a “to” el acuario buscando tesoros escondidos y nunca pierdo el entusiasmo…
pero…
Ahora solo necesito como tú, un abrazo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)