Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

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sábado, 28 de julio de 2007

DijeRoN...


León Felipe escribía:

“...El HOMBRE

puede ejecutar algunos actos en silencio.

Puede ir y volver:

ir del sueño al camino...

del camino al cansancio...

y del cansancio... otra vez al sueño...”

Y Miguel Fernández comentaba, como en eco:

“...Se han vuelto los manteles

sudarios para enjugar el pan de cada día;

queda el polen de la casa envolviendo la paz.

Se retiran los seres, lentos, a sus aficiones

de exilados constantes...”

Dámaso Alonso, se obsesionaba en estos versos:

“...No me sirven mis manos ni mis pies

que afanaban la tierra, que arredraban el aire;

no me sirven mis ojos que aprisionaron la hermosura,

no me sirven mis pensamientos,

que coronaron mundos a la caza de Dios...”

Y Guillermo Diaz-Plaja, sin saberlo, le contestaba:

“...¿Entenderás que las sangres de mis venas

golpearon muchas veces con violencias que no quise?

¿Mirarás mi ansia de nácares,

de claveles tibios, de terciopelos venados,

como un empuje oscuro del que yo mismo

no encuentro la clave?...”

Pero Luis Cernuda, siempre amoroso y complaciente, le decía:

“...Perder placer es triste

como la dulce lámpara sobre el lento nocturno;

aquél fui, aquél fui, aquél he sido:

era la ignorancia mi sombra...”

Que fue contestado en la lejanía por Enrique Juarez, poeta de la lucha guatemalteca, diciendo:

“...Aunque me duela y os duela

me doy pena yo mismo

y me la dais vosotros, varones inseguros,

con nobles excepciones:

yo soy un abogado de nota y no se diga,

un doctor de ambición disimulada,

un arquitecto de club y caramelo;

soy cualquier ingeniero sin sonrisa

y he sido el periodista mercenario

del miserable cobro anticipado,

tanto como el poeta mentiroso

que miente nubes, sofocando su ira,

mientras le dan salchichas

y el pan que sobra de pútridos festejos...”

Aunque, en la distancia de los tiempos, -que no de los conceptos-, Cavafis, poeta alejandrino, sentenciaba:

“...Voces ideales y amadas

de los que han muerto, o de los que están

para nosotros perdidos como muertos.

A veces nos hablan en el sueño,

a veces, mientras pasan, las oye el cerebro.

Y con su timbre por un instante tornan

timbres de la primera poesía de la vida:

como una música, de noche, lejana, que se apaga...”

Walt Whitman, que estaba traspuesto, se levantó de su sueño perdido y solidario, y nos dejó estos pensamientos de despedida:

“...Conocí entonces la paz y la sabiduría

que están más allá de las disputas de la tierra.

Y ahora sé que la mano de Dios

es la promesa de mi mano;

que el espíritu de Dios

es hermano de mi espíritu;

que todos los hombres nacidos en el mundo

son mis hermanos también,

y que todas las mujeres

son mis hermanas y mis amigas...

¡que un solo germen de la creación es amor!...”


Todo eso dijeron los poetas Y eso lo asegura otro buen poeta....... LuiS.
Y yo, Que también lo leí, quien no leyó a los grandes?

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