Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

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Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

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sábado, 12 de mayo de 2007

CaminaR.


Hoy he caminado sola por las calles de mi ciudad, en medio de esos bloques que nos ocultan, que se nos presentan a veces misteriosos, a veces oscuros, otros fríos…

Me cruzo con personas, unas alegres, otras tristes o serias, otras envueltas en alguna conversación indescifrable para mí y las demás ensimismadas en algún pensamiento que sus caras no desvelan.

Sigo caminando a la vez observando, a la vez dándole vueltas a un problema que me atormenta en este caminar sin rumbo. ¡Qué desafió¡ pasar entre la gente , sin ser gente, pasar entre la masa sin ser masa.

Caminar, caminar con una misma, es una de las pocas cosas que aún nos queda sin adulterar, sin pasar de moda desde los tiempos ascentrales, y es que apenas si sabemos ya actuar solos, por nosotros mismos, sin apoyarnos, sin acudir a esa masa tan deforme como a veces absurda, que nos pone etiquetas, que nos marca, que nos hace sentirnos piezas mecánicas de un rompecabezas incompleto y anárquico. Qué extraño me parece este mundo, que complejidad de algo tan simple y tan indefenso, como es el ser humano.

Hoy he querido encontrar un respiro en mí misma, quitarle importancia a lo importante y dársela a lo trivial, olvidarme por solo un paseo, de los valores establecidos e imponer los míos.

Hoy he querido ser yo misma, descubrirme a cada instante, a cada paso, ver el mundo con mis propios ojos, y no con los de todo el mundo. ¡Qué diferente me parece todo¡

A medida que cambio la mirada de las cosas, de las personas, me da la impresión de estar mirando por un calidoscopio ¡Tan cambiante es todo¡ y sin embargo la realidad sigue siendo la misma : Fría e inamovible.

Hoy entendí que casi todos los que me rodean ven las cosas en la forma en que siempre les han dicho que las vean, y sin ninguna posibilidad de un cambio ulterrimo. Hoy el suelo se deslizaba bajo mis pies, en el interior de esa quietud interna que me envolvía, sentí que todo se me escapaba de las manos y que solo lo que fuera inherentemente mío, era real y absolutamente mío, que todo lo demás, había que conquistarlo como en una batalla interminable: Cosas, personas, sentimientos momentáneos, como la alegría y la felicidad y otras como el amor, que solo se consiguen a ráfagas.

¡Dónde estará la clave de la temporalidad de las cosas, ¡ que las hace tan efímeras como abstractas.

¡Ay el amor y la felicidad¡ como conseguir hacerlos estáticos, cuando casi siempre se nos presentan en relámpagos, a veces tan sutiles que se esfuman en un suspiro igual que vienen.

Hoy he querido, he deseado con toda mi alma, no poseer nada, no tener nada que conquistar, tan solo a mi misma.

Hoy me he visto extraña en este mundo, y he dudado de la realidad, he dudado de mi misma y arropado con mi imaginación y he seguido caminando, caminando y mirando hasta llegar a un bloque, aun número conocido, que me ha devuelto a la realidad.

1 comentario:

  1. Y al final llegué al bloque que me regresó a la realidad. Me gusto este cuento con tíntes de ensayo. Me gusto sobrevolar las ideas de unos pasos ensimismados, de las cavilaciones y abstracciónes sobre las que disertaste. El inosciente colectivo, el ello que nos atrapa a veces reduciendonos a máquinas apenas fantasma que vagan por la vida...muchas veces somos viajeros arrastrados en un tren en el que se suceden las estaciones, los paisajes, la gente...y la vida son sueños, y sentimientos que nos toca a cada cual degustar hasta la médula vistiendonos del attrevimiento de sentirnos vivos, de pensarnos vivos haciendonos dueños del timón y de jamás dejar un segundo sin llenar conscientemente. Un palcer navegar tu literatura, un abrazo y Feliz cumpleaños de corazón y desde México. José. :=)

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