Mañana al levantarme,
se abrirá mi puerta
a tu ausencia
y el reloj ajeno,
seguirá su caminar,
y de nuevo ese beso,
encarcelado, preso,
en el tiempo será o no será.
Al atardecer cuando el sol se deshace,
tras los vidrios de mi ventana,
me envolverá la nostalgia,
latiéndome cuerpo adentro tu recuerdo,
tu voz suena en el silencio de mis ansias
volviéndose latido de esperanza.
Busco en los espacios abiertos,
la luz lejana de tu mirada,
y me abrazan los brazos del silencio
con la ilusión que mora en mi alma
y necesito saber si tu me piensas
si sigo en tu recuerdo,
e intento consolarme de caricias
que se quedan perdidas y prendidas en mi cuerpo.
Quiero pensar que nos separan distancias
pero nos unen momentos,
es larga la espera eterna.
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Huellas.