
AutoR Ricardo Felipe... Mi buen amigo
...La mañana le enseñó a la noche a esperar su momento,
la noche le enseñó a la mañana que siempre se amanece,
yo nací sin saber qué aprender,
sin embargo moriré, algún día, habiendo aprendido a quererte.
La luna le enseñó al mar lo que significa un encuentro,
el mar le enseñó a la luna que es su único amigo en el tiempo,
tú te declaras mi amiga,
yo me declaro tu tiempo.
La flor le enseñó a la esperanza que, a pesar de todo, no morirá mi sonrisa,
la esperanza le enseñó a la flor que nunca muere un verdadero amor,
tú me enseñaste a tener esperanza,
yo te regalé un día una flor.
Para terminar:
Un día tú me enseñaste a cabalgar en el silencio,
el silencio me enseñó que tú me esperas al final del sendero,
el sendero me enseñó a conocer mi sentencia,
mi sentencia me enseñó a conquistar tu inocencia.
Y la Musa Amigo Ricardo le dío al Poeta la llave del sentimiento
y también la de los sueños.
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Huellas.