cuando respiro y miro
para encontrar el sentido
de tus facciones, y tu pensar huido.
Me contaría el desorden
de tu equipaje
tu corazón envuelto
entre camisa y verso,
junto a la llave de tu puerta
ráfagas de viento, tu alma y
gotas de agua de alguna lágrima.
Si el aire hablara
hundiría sus puños
en los valles, en los cántaros
en las praderas llenas de lirios
arrullando sueños.
Pero no habla,
y el aire es tuyo
le enseñaste a ser
profundo y mudo.
Pero es mi cómplice
lo anudo entre los hilos
de mi pelo rubio
y en mis oídos,
me deja arrullos del amor tuyo.
Él te dirá que te siento _en mi alma_
como un día lo hiciste
transmutaste en el viento y
con tus alas me heriste,
jinete de mis sueños
que cabalgas mis mañanas
ya no descansas en mi sonrisa
ni en mis miradas
El cielo te acompaña
te sujetas a la duda
sonríes, viajas y la gigante sábana
con que envuelves tu cielo, me llama,
como luz de la aurora, fuego eterno
encendiendo tu siempre flama.
Cuando será que emerjas de la nada
y toques con tu risa mi cara al alba.
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Huellas.