
domingo, 17 de febrero de 2008
Cartas de papelera.

Querido Tú:
He intentado esta noche escribirte varias cartas de amor, pero fueron en reguera directa a la papelera, no supe expresar lo que quise confesar, pero si puedo decirte como me sentí cuando amanecí.
Amanecieron mis ojos lloviendo
en mi aguacero, tu imagen reflejada
y entre mis labios las huellas
que dejaron tus besos.
Luego como puñales
sentí en mi oído las palabras
que tus labios dijeron,
y una lluvia incesante,
anegaba mi cuerpo,
tomé café y seguía el aguacero
esquivando los reclamos de tu sombra,
amanecí huida, descompuesta,
las cuartillas huían despavoridas de mi mesa,
y en un instante, desenchufé mi llanto,
desconecté el teléfono,
y esperé a que tus fotos me hablaran
o al menos que tus labios mojaran mi cintura,
con restos de tu aliento
y pude sentir tus manos en mi cuello
y tus besos subiendo a lo más dentro
retomando las formas del silencio
bajé el volumen de tu grito entre la niebla,
me senté, y vencida pensé
que había perdido la guerra.
Si de amores así valen despedidas,
ya ves también yo me despido,
y empezaré a recorrer el laberinto
el laberinto resbaladizo hacía el olvido,
estoy tan carcomida,
que ya no sé donde se acaba un roto
y empieza otro,
no sé si vienes o vas
si te quedas o te vas…
pero aunque me embargue la pena
ya se hizo tarde para plantar azucenas
en los surcos de las venas,
y solo voy a mirarte justo lo preciso
para no olvidarte,
porque los amores imposibles,
hacen ruido estrepitosamente
y porque he hecho de mí una indescriptible
descreída, déjame decirte,
que sin ti no soy,
estoy ausente…
Amanecí…
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preciosa carta, preciosas lineas, precioso sobre...
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