
Anoche llamaste a mi puerta
Suavecito,
Con los nudillos de tu mano,
No te oí…
Y otro día cualquiera al amanecer
Volviste a llamar,
Otra vez…
De nuevo no te oí,
Estaba aún dormida,
Creo que desistí
De tu llamada en la niebla,
Anudé todos mis sentimientos
Anunciando mi pobreza,
Sentí el hambre y la sed
Propias de los sin fuente
Y sin tierra,
Y como dijo Walt Whitman
“Quien camina una milla
Sin amor, siente las carencias
En todas las esquinas”
Delante de mis ojos se muestra el universo,
Sobre mi piel dormida se aposenta la luna,
Y lloro sin embargo,
La angustia de no hallarte
Y sin descanso busco mi alma entre las cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Huellas.