Se coló por mi vientre
un viento afilado
y quebró el junco,
tu última no caricia
me arrastró serenamente
y te apartó de mis orillas,
puede ver como los ríos
se juntaban
en el cauce estancado
de nuestros cuerpos lejanos,
en el pentagrama de la noche,
arpegios de luna asomaban
mientras el corazón,
se silencia
y en un grito mudo
pronuncia:
Tengo muros por entrañas.
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Huellas.