Como me gustaría,
Oír las risas tragicómicas de Einstein y Copérnico,
De Newton y Galileo, entre aquél bulto de almendros,
Y verlos jugar al balón con sus engendros ópticos y magnéticos,
Con sus esferas descoloridas, y sus torpes astrolabios,
Hastiados de inmensidades opacas y torrentes de luz
Que escapan a su juicio…
Entonces si que me iba a reír bien a gusto,
me iba a beber la embriaguez de ese momento, y meterme dentro
de ese crepúsculo,
para sentirme “ Ignota Regio “ de alguna nebulosa jaspeada,
allí tan lejos,
donde Dios quiso mandarla
hasta borrar el punto de los mapas,
no ser localizada… ni en la alborada séptima,
y allí, mirar los astros y mirar la tierra,
desde mi alféizar,
lanzando con mis miradas,
lluvias de estrellas.
Carolina, de todo lo que he leído, esto es lo más redondo, hermoso y con mucha fuerza, atrapaste la inspiración por el cuello y fue tuya por un instante....azpeitia
ResponderEliminarHola Azpeitia, muchas gracias por tus lindas palabras, de veras no las merezco, solo escribo lo que siento, pero me agrada que te guste lo que escribo. Gracias por leerme y comentarme tan hermoso.
ResponderEliminarUn abrazo, tú si que eres poeta.