
Cuando me besabas se te quedaba una sonrisa en los labios…
Y siempre terminabas recordándome la noche que me llevaste deprisa a mirar las estrellas, noche sin luna, noche de estrellas, de esas que se dibujan a sí mismas en el cielo, con explosiones pequeñas de luz.
Tú me trajiste un regalo y yo no lo llevaba para dártelo, así que recordé la única vez que mi padre no pudo traerme un regalo y apurado e ilusionado, me señaló una estrella del cielo y me la regaló con toda su carga de luz y de amor…
Entonces te regalé una estrella, te señalé en el cielo, la más pequeña, “esa la más chiquita es tu estrellita” - ¿porqué la más chica?
¡Para que estemos siempre muy juntitos sobobo¡
Y me besaste, y me pedías que te mirara, ¡Mírame¡
Para no sentirme perdido, hacer el amor en una estrella y sentir que me sobra la vida y te abrazo, y que no me falten tus labios, tus besos y tus relámpagos.
Mírame, que sienta tu ternura en lo hondo, en lo más hondo, y para siempre…
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ResponderEliminarEn este post tengo más espacio para escribe, Carolina. Está vacío !!!
Continúas a escribe las cosas bonitas, y puedo verifica que has hecho esfuerzo. Lo que escribes es uno placer para leer, dos días después d' último pasaje por tu blog.
Una curiosidad pequeña: Porquê una bandera portuguesa en tu blog ?!
Abrazo grande Carolina.
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Solo quiere decir: "Es bueno escribe cuándo no existe otro comentario" !
ResponderEliminarSaludo!