
Vino tu piel,
El tacto,
El sabor,
El olor
El color,
El cielo de tu cuerpo…
Eterno
Desnudo
Dormido
Como bocanada
De viento…
Detrás de mi boca
Vinieron tus labios
en los que espero
Beber,
Amar,
Comer
Y abrazar tu sonrisa…
Y luego de mis ojos
Vino tu mirada
Dos mundos encontrados
Bajo la sombra del sueño…
Dos manos,
Dos ojos,
Dos labios
Dos cuerpos entrelazados,
Dos manos que se alcanzan
Dos sueños que se alargan,
Dos almas de océano
Separadas por sus aguas…
Mas bien juntas por sus aguas..., diría yo.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues NO J.J.
ResponderEliminarSeparadas. :) Gracias por venir.
Beso.
Este poema, de talle alargado y flexible me recuerda a un lirio majestuosamente plantado y hermosamente coronado. Y, sinceramente, su estructura favorece la lectura y engalana su natural belleza.
ResponderEliminarTodo en este blog es belleza, impulso, sinceridad, coraje, desbordada vitalidad… Y hay en el ambiente ese cierto tono o sintonía familiar que facilita el encuentro y el entendimiento. Enhorabuena por tu arte y gracias por tu generosidad, desmedida y no merecida.
Oh. Gracias Trovador, es un comentario tan hermosisimo que me deja sin palabras, gracias, muchisimas gracias por estas bellas palabras que me ha dejado a mi sin ellas.
ResponderEliminarUN abrazo y me alegro que te encuentres asi en mi blog. Es recíproco, pues en el suyo se respira duende y es muy interesante.
Mi sonrisa.