
Los labios de él rozaron los de ella, cálidos en la fría atmósfera, suaves…
El cuerpo se le relajó, cerró los ojos y lo sintió sobre ella, respiró su calor en el frío aire mientras le exploraba la boca, y aún sin querer le devolvió el beso.
Él sabía como saborear sus labios y ella exploraba los de él mientras los mantenia ligeramente abiertos…
Olía a madera de sándalo y a fuerza que ella mantenía bajo control, pero sus alientos se confundieron livianos y llenos de esperanza…
Sus lenguas fueron una al encuentro de la otra y se adueñaron de todo con la misma facilidad que si se leyeran el pensamiento, entrelazaron sus manos y la cercó contra la pared y su cuerpo, entonces, estalló el beso.
Que salvaje y exquisito !!!!
ResponderEliminarque armonioso
Caro... tus últimos escritos han estado cargados de un sentimiento extraordinario!
ResponderEliminarme encanta... en serio, cada vez que haces estas descripciones las haces de una manera increible.
Harto tiempo sin comentar, pero ya sabes que siempre estoy al tanto de lo que escribes.
Un gran abrazo.