
Amigo mío, si me llamo tu amiga, camino junto a ti en el silencio, acompaso tu paso y también tu tiempo, sin agobios, dándole espacio a tu vida y a tus sentimientos.
Y aunque alguna vez me hagas sentir mal, comprendo tu mal humor y tus corajes, sino, “Amiga”, no podrías llamarme, y me aparto cuando llega el momento en que quieres estar a solas, Yo, soy tu amiga, ni tu juez ni tu redentora, pero eso si, que sepas que solo doy unos cuantos pasos y te espero para cuando decidas salir del silencio, estaré ahí callada, apartada si así lo deseas, para cuando me llames y te diga “Te quiero”, no lo olvides amigo, así es el sentimiento de quien se llama amigo…
Yo me llamo tu amiga y me llamo tu apoyo, ternura, paciencia, sacrificio, emoción y también arrojo, y aunque no lo sea para otros, soy tu amiga y soy paz y verdad, y estar…
Yo sé cuánto vale la palabra amistad, y pienso y te digo… “No es cualquiera un amigo”.
Parece que nos vamos animando… ¡ya era hora!
ResponderEliminar“No, no es cualquiera un amigo” ¿Y no será que solo son amigos quienes se han tenido que perdonar al menos una vez? Porque hasta que no llega la hora de tener que elegir entre el perdón y el rencor no se reconoce a un amigo.
Tienes el alma transparente y limpia, Cinta. Cuida ese tesoro porque es el que hará de ti alguien especial si te acompaña hasta el final de tus días.
Tus palabras, más que una sabía y bella exposición -que también-, son un bálsamo para la conciencia y una caricia para el corazón.
¿Y aceptas que yo te llame amiga?
Bueno la mano y la pluma llegan lanzadas pero hoy :) particularmente no estoy muy animada.
ResponderEliminarPero escribir es un bálsamo, viene bien sacar las palabras.
Gracias por la belleza que me regalas y si, Yo me llamo Tu Amiga.
:)
Me alegra, amiga, generosa amiga…
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