
Dos miradas se posan sobre las ventanas.
Se miran, se están mirando.
Gesto en las manos, labios insomnes
gesticulando…
Ella dio un paso adelante
él abraza la ventana
pronuncia su nombre,
la mira callado, se bebe su mirada.
Ella extiende sus palmas, y luego,
acaricia su cara
con las dos manos… imaginando…
después lo hace él,
ella coloca su dedo corazón
sobre sus labios…
Ella no lo ha observado
pero a él los suyos le temblaron.
Ella murmura en voz baja
moja los ojos
de quien la mira tanto,
Doña "Desarmada" y el señor "Cautivo",
se han despedido- dos corazones partidos,
La vida es como un álbum con miles de cromos, o como una playa llena de matices diminutos, o como nuestro rostro, lleno de infinitos gestos.
ResponderEliminarO como los temas sobre los que escribir: también infinitos, porque infinitos son los matices, los escenarios, los momentos.
En tu poema creo entrever un capítulo que se cierra, una puerta que extingue el hilillo de luz que se ve al otro lado. Por suerte, otras muchas se abren en cada momento.
La vida es una sucesión que no hay que dejar parar…
Si, como infinitas formas de describir una despedida...
ResponderEliminara las despedidas hay que escribirlas bonitas, para que no hagan feo los recuerdos, de todas formas, mi intención fue describir una despedida de esas que dulcifican la siguiente puerta.
Otro beso.