
Se cuelan por mis adentros
los vientos afilados,
se quiebran los juncos
de las caricias arrastradas
que siempre te he negado…
Se derrama el arco iris incoloro
por las esquinas del agua
estancada de mis ojos…
En el pentagrama de mi noche,
se asoman arpegios
de lunas rotas,
mi corazón se silencia
como un diapasón roto,
sin consuelo.
Te lo juro yo,
que te quiero más que nunca,
aunque te diga que no…
Me ahoga la tristeza
de esa pena tuya
que hoy me hiere la mirada,
y en este reloj donde se agotan mis horas,
rozo con mi boca
ese aliento de locura
que ausente de ti…
me dispersa y me arroja.
Amarro los sentimientos
y anunciando mi pobreza,
siento en mi,
la sed propia de los náufragos…
Porque aunque yo lo niego,
aquí, allí, a lo lejos… tu sabes que yo,
Te quiero.
Así es la vida,
a veces te da un poquito de ambrosía
en un mar de fantasía,
y más tarde te lo quita...
"Porque aunque yo lo niego,
ResponderEliminaraquí, allí, a lo lejos… tu sabes que yo,
Te quiero".
¿Lo ves? No es tan difícil decirlo... y suena a música celestial.
Precioso poema, Karol.
Besos.