
Tú te desplazabas
entre miradas doradas
y promesas de amor…
No me culpes a mí, si bien no salió…
Yo sé que estás derrotado,
que no puedes volar
te cortaron las alas
con un golpe seco… a ras…
como ese golpe que llamamos adiós…
Ahora el cielo es tan lejano,
que no encuentras hueco
para llegar a mi lado,
y, rozar mi cuello,
besar mis labios,
enredarte en mi pelo,
asirte a mi mano…
No me culpes a mi… que yo estoy en el limbo,
ese en que nos quedamos estáticos
cuando alguien se va…
Quizá mañana podamos encontrar,
el día más justo,
la hora precisa,
y nuestro amor más puro,
Un motivo perfecto… y la voluntad...
No me culpes a mi…
que yo no te culpo…
¡Oh, qué bonito, niña!
ResponderEliminarQuizás algún día... quizás la vida al final sea justa.
Besosssss.
Dí siempre: quizás algún día...
ResponderEliminar... que mientras pasan los días...
... y eso es lo que importa.
Un saludo.
Me encantó el último párrafo..
ResponderEliminarMe deshago en suspiros cada vez que te leo amiga..
Tus versos me llegan al alma, con golpes contundentes ;)
besos miles!!!
¡Ah, un hermoso poema lleno de amor, ojala pueda llegar ese día.
ResponderEliminarBesos