viernes, 16 de noviembre de 2018
A 300 Kms por Hora
Rozaste mis labios de vértigo
Y los tuyos se quedaron prendidos
De la línea de azúcar
Que pendía de la gruta de mi boca.
Extendiste tu abrazo
Y tus manos,
Se engarzaron como hiedra germinada
Rodeando mi espalda,
Tu pecho, muro de roca
Se adhirió como ventosa
A la orografía frágil de mi tórax,
Y entonces, caímos disparados
En una sobredosis de labios de espuma
A 300 kms. por hora.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Geniallllll
ResponderEliminarme encanta pasar por aquí.
no tengo blog como tú, pero vengo cada día y para ti soy anónimo.
Que nunca me falte leerte, no dejes de escribir.