Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
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domingo, 14 de octubre de 2007

Ser contigo caracola.


En el Edén de tu cuerpo

Me acomodo y sueño

Con nunca jamás,

La flor del despertar,

Me hace respirar con el olor

De no poderte olvidar.

Quién te pudiera arrullar

Ser contigo caracola

En la inmensidad del mar,

Quién te pudiera ser,

Contigo eternamente

Y ni siquiera es…

Tu corazón está henchido

De tanto llamear…

Yo soy la dilatada brecha

De donde recibe claridad,

El halo fugaz de tu mirar.

Quien te pudiera beber

En las aguas limpias,

En la arena del sueño,

En mi sangre y en mi beso.

Quien te pudiera tener libre,

Libre nunca preso,

Quieto bajo la cumbre

De mí agitado pecho.

Quien pudiera ser la espiga,

En el campo solitario

De tus cordilleras y bañarte

de rocío al llegar la primavera.

De las praderas verdes,

De las manos impedidas,

Entre las filas de tus sonrisas

Apresuradas y compasivas.

Y acunar bajo las estrellas

El sueño que a mi me habita,

Sueño que duele, alma infinita

Como la luz del sol que me gravita.

sábado, 13 de octubre de 2007

Te llamo al Viento


Te llamo al viento
entre nubes y aire
para que vengas

con tu cara de niño

y raudo

me salves,

pero no hay nubes

ni aire

no hay nadie

tras mis pestañas

puerta de lágrimas.

Es tu recuerdo,

disuelto en zumo de olvidos

quién suavemente me besa

en la noche,

rozándome con la mano

de la nostalgia,

el algodón de mis mejillas.

Y siempre

tu recuerdo

cae junto a mi lágrima

en el dulce aposento,

de mi alma niña.

Soliloquio.


Te siento recorrer el infinito, atareado y dulce, yo te siento pasar, me vas mirando, me miras para ver que necesito, te siento agavillado aquí a mi lado, eterno sonreído, se paró el tiempo, como si fueran las galaxias lirios, como si espigas las constelaciones o ramo de azahar el infinito, me vas deteniendo el paso por los sitios, donde mi alma te recuerda y te reclama y tu me sientes pasar incomprendida como quien arde en el fuego de Hiroshima, buscando inalcanzable tu sonrisa.

Me voy yendo, ya no llueve, te pienso y se reposan las nubes y las charcas, estás en el aire como un golpe de espuma bañándome la frente que recoge el universo.

Cuando te acercas respira mi piel dosis de azahares en tus ojos cautivos, y cuando te vas, se arremolinan los ecos lejanos en tu voz, la misma que se queda dormida en mis noches de versos esperando que despierte el sol.

Y me sorprende en pleno baile reciclando el aire que de tan espeso, no me pasaba,

Sudor y fuego, de los besos que quedaron enredados en mis labios.

La distancia es una mezcla de grito y esperanza, donde ya los versos

Se quedan sin palabras, acudo a las alas de mariposa que leve, me lleva al cielo…

Allí te espero…