Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

Corramos... Hay que salvar el planeta.

La Tierra

La Tierra
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miércoles, 5 de marzo de 2008

S/T


Cuando el sol entra por mi ventana apenas nace el alba, sé que estás conmigo, porque formas parte de mi luz, hueles a sol, a madera, a polvo de estrellas a ternura inmensa.

Me besas con tu boca poderosa y en tu mirada me posas, formas parte de mi vida y aún no te viví, pero te agarras a lo poco que me alcanzas.

Unos pocos poemas, un teléfono, y nuestras palabras, sé que existes pero no sé si es solo mi deseo el que hace que mi boca al nombrarte se haga agua y calme un tanto mi sed de ti que me apelmaza.

Caminé por los imposibles de no estar contigo, pasear por las ciudades de la mano, y señores del amor en los hoteles ser llamados, contemplar el mar, ese mismo mar que contempla mi nostalgia cuando me quedo sentada mirando su infinito…

A veces con sol y otras cuando la luna refleja el llanto de un marinero por su amada sirena.

Sobre mi rostro el pelo alborotado suple a las manos que no pueden abarcarlo y de mi boca entreabierta salen los besos que nunca te he dado…

Mi mirada anda por tu ausencia, se hace eco de tu presencia y envuelve mi alma mullida, traspasable y solitaria.

Huye la luna y regresa eterna dejando su mensaje en un reflejo, mientras te pienso.

martes, 4 de marzo de 2008

LLuvia de Estrellas.


A veces lo que se vive, son los argumentos de historias que mejor se pueden escribir, para dejar constancia de los momentos mágicos que ocurren en el día a día de la vida, son esas pequeñas cosas que la montan, que pertenecen a la rutina de los hechos que ocurren en el transcurrir del tiempo, pero que se diferencian por la carga de emoción y magia con que las vives.

Hace unos días mi hermana, y yo de noche en el salón con las cristaleras de la terraza abiertas que al estar alta se ve mejor el cielo, de repente vimos un bellísimo espectáculo.

-¡Ven a la terraza¡ ¡corre!, llueven estrellas.

Besan el aire de Marzo acristalado y mueren inflamadas al fondo del espacio, dame esa silla, date prisa, que se moje húmeda de luna, se ha vuelto loco el cosmos y se ha embriagado el crepúsculo…

Ahí llega al fondo la luna, viene de nebulosas jaspeadas, parece borrar su imagen de la bóveda en la alborada.

Cómo quisiera ser uno de esos puntos de luz y llover errante y libre por el Universo, jugar a los bolos con los engendros ópticos y magnéticos y meterme en las esferas de torrentes de luz que escapan a mi juicio.

Mira, es noche de artificios, en el cielo están de fiesta, Urano baila sobre los negros de la noche y cabalga a lomos de sus impulsos beodos.

Esta noche es la de escribir versos, las estrellas están revolucionadas, dan golpes de luz, son kamikaces nocturnos que se lanzan al tiempo y al espacio, observadoras eternas de una lamentable historia de la humanidad, es un espectáculo mágico, quizá estén protestando en pos de la paz y el silencio, del entendimiento, críticas profetas del gran orden, ancladas en la triste vista de una rebeldía muerta contra el dolor, el sufrimiento, la carrera nuclear, la guerra…

Quizá sea un momento de la sensibilidad del cosmos, de el pasar de las almas ya anónimas capaces de enfrentar sin miedo a los fantasmas del progreso y de la imaginación, del crecimiento desmesurado como serpiente de brea que devora y asimila ideales y triunfos de falsos redentores.

O el momento de los que cuelgan en la bóveda el íntimo recuerdo de algún amor desahuciado, o de abrir la puerta a las caricias, a la ternura de quienes aman en la distancia.

O es el momento de la revelación del Cosmos ante ese otro momento de las nuevas convenciones de pactos fríos con la guerra para que la sangre no corra ni los ríos de esperanza se detengan…

Cuanto se puede ver en una lluvia de estrellas….

sábado, 1 de marzo de 2008

Ser un Poema

Quiero ser un poema

que rompa las profundidades,

y se extienda sobre la tormenta

de norte a sur, sobre los verdes

y al este y al oeste que me sostiene,

sobre el océano de los atardeceres,

volverme aire

y ser ese aliento impronunciable

que me late si me apoyo

en esta hoja en blanco

que es mi grito en el silencio,

corriente subterránea

donde anida el pensamiento,

como un río de palabras con abismos,

unas manos, unos ojos que se abren…

laberinto sobre olas,

besos, por si eres alma y yo tu mundo,

que cabe en tu puño,

pero aquí solo está mi mano

y una hoja en blanco,

dentro, el adormecer de unos labios,

eco impenetrable, sueño y caricia,

hasta la exactitud de tu rostro,

trazo en el que desaparezco,

porque en tu pecho me envuelvo,

porque soy poema al aire y en ti me quedo.

Versando amor, versando
Poema tras poema,
tus labios, mis besos
cómplices temerarios,
sabe la inspiración que nos alumbra
dónde encontrarnos...
Tu corazón, el mío, nuestros días,
mi hora sobre tu hora,
Tantas formas de querernos
En una sola.