Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Sueño y Vuelo, aunque me caiga luego...

Corramos... Hay que salvar el planeta.

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La Tierra

La Tierra
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lunes, 29 de septiembre de 2008

Si al Menos...

Esta mañana la consulta del médico, estaba demasiado llena, niños con sus madres, jóvenes a por recetas y sobre todo bastantes abuelitas, dulces pero con caras de penas, parecían jugar al desconcierto con sus pensamientos.
¡Qué absurda la vida pensé mientras miraba de reojo sus rostros¡
Sus caras de fastidio por lo que a todos nos había tocado en suerte, llegar a no salir del médico con tantos achaques a esas edades.
Sus ojos tenían esa mirada vacía de los que poco tienen, parecían tener todos, los mismos pensamientos, las mismas preguntas…
Y yo allí cerrando el círculo de los idiotas con la impotencia del silencio y la quietud, escribiendo para mí lo absurdo del instante, sonreí para adentro con una sonrisa llena de tristeza, de vez en cuando me miraban.
En qué calendario se miraran en la vejez los días.
En qué alero del cerebro se cuentan los días cuando todo o casi todo ya ha pasado.
Puedo imaginarme que eso asuste, que haga daño el no saber donde llega ya la escalera si apenas puedes subir los peldaños.
Mi mamá se cayó ayer, sin tropezarse, se le fue el cuerpo y se dio un golpe muy fuerte, me llevé un susto de muerte y a ella sus ojos se le llenaron de lágrimas, se asustó, pero pude tranquilizarla, a cualquiera puede pasarle, no iba encima a alarmarla… hoy aquí en el médico.
Me ha afectado bastante porque cuando la vi caer sin poder llegar a tiempo, me culpé encarnecidamente y me dolió como a ella.
A veces me duele el reloj por mi madre, el almanaque y todas las fechas, no quiero pensar en que va a llegar a vieja, estoy acostumbrada a una mamá fuerte y bella, y la esfera redonda, caliente y amarilla del reloj me ciega creyéndose un sol, secándome el brillo de alguna perdida lágrima.
Hoy es hoy, y mañana y ayer se irán turnando entre las hojas del tiempo, buscando un nombre a la estación extraña donde partirán los que queremos y nosotros… luego…
Morir es lo mismo.
Hoy en esta consulta donde acudí de vaqueros, parece que me han colocado una bata sin bolsillos, no puedo guardar la luna de todos los ocasos venideros y de todos los sueños.
Somos muchos con la misma bata, muchos los que jugaremos al desconcierto preguntándose si habrá algún motivo… al menos.

Mi Abuelo decía...

“Dicen que los hombres no lloran”
Pues será un antiguo e incierto dicho.
Yo he visto llorar a los hombres más importantes de mi vida, pero sobre todos, a mi abuelo y a mi padre, de pena, de rabia, de emoción, de impotencia… incluso de alegría.
Mi abuelo decía que la pena era una planta grande que se bebía el agua de la maceta donde la habían sembrado y que había que llorar para sacar el agua fuera y no regar la pena dentro, para que no creciera sin obstáculos y que se fuera secando…
Cuando el invierno mostraba su rostro en aquél pueblo lluvioso de la sierra, yo pasaba largas horas de las tardes con mi abuelo, los árboles tras la ventana ofrecían un panorama de desnudez, al contrario que los ojos de mi abuelo que estaban llenos de dulzura y a veces de silencio, como un ave que se detiene un tiempo para luego retomar su vuelo.
Yo lo observaba con los ojos abiertos y la atención alerta. Me gustaba oírlo.
Aquella capacidad que tenía para hilar historias y mostrarme su moraleja, me hacía volar el pensamiento, amaba sus palabras que caían lentas como las hojas de un árbol, una tras otra, mientras mi mirada recorría su vuelo y mi pensamiento libre, volaba.
Cuando enfermó era invierno, llovía un día tras otro y una noche tras otra enlazadas de la mano mojada del día, me pasaba horas al lado de su cama durante un largo proceso.
En aquél tiempo creo que él miraba mi alma desde una perspectiva diferente y en sus conversaciones espaciadas empezó a incluir la muerte…
No me podía imaginar la vida sin el abuelo, fue entonces cuando reconocí el momento de que alguien a quien amas se va a marchar… y una perplejidad de niña, me acercaba a los abismos y me dolía el cuerpo como si me segaran, igual que siegan del campo a las espigas, con ese dolor infinito de una región que aún no conocía encendiéndome de llanto mi pequeña alma doblada… Entonces, creía que la muerte era solo una palabra…

sábado, 27 de septiembre de 2008

La Verdad

¡Ah la verdad!, palabra sin definición posible…
¿Dónde está la verdad?
¿Qué es la verdad?
¿Quién posee la verdad?
¿Cada uno dispone de una verdad?
¿Existe la verdad auténtica?

A veces no se sabe qué hacer con la perfección y se la quita de en medio ¿Por eso escasea?
Pero ella no se ciñe a las normas, no se rinde, aunque a veces la dobleguen, alcanza cimas prodigiosas y cuando aparece, llega dispuesta a todas las tristezas y a todas las alegrías, a veces es un alivio y otras es una penitencia, está fabricada de fuerza, de luchas, de fracasos y victorias, es testaruda y heroica, sabe que es difícil y acepta su destino, la amordazan y la encierran, la utilizan, la manipulan, pero ella traspasa fronteras con su testaruda lealtad al mundo, ese ancho mundo que separa tanto…
A veces la verdad está escrita con tinta blanca sobre papel blanco, es muy difícil seguirla… se pierde en un desierto o en algún que otro archivero y nadie siente vergüenza.
Sabe jugar a dos barajas y no siempre gana, pero es inteligente y de alguna forma… sutil… emerge. Tiene aspecto de revolucionaria, es negada, es temida y proclamada, en ocasiones desaparece y no se sabe donde está, aunque el tiempo altruista( su aliado) la pone en su lugar, aunque sea tarde y ya no valga “para nada”…
En ocasiones se ausenta y nunca vuelve y en otras nos estrecha la mano sin saber quienes somos, con una forma incierta de mirarnos el corazón apretado…
Tiene un puesto quijotesco, defensora de los humildes agredidos por los gigantes embusteros…
Vive rodeada de falsos y también auténticos clamores, de voces a medias palabras, de risas y miedos…
Padece mucho de ronquera, grita demasiado, ¡tantas veces nadie la escucha¡
se filtra rumiando y creo saber que en ocasiones es piadosa y otras muy cruel.
Amiga fundamental de las libertades humanas…
La Verdad… se levanta, se dobla, se chasmuquea, se arquea, se disfraza … pero yo creo en ella.