
desenredado en mis dedos,
como un hilo azul de cielo
en mi memoria.
Como la piel plateada
de la luna más honda…
como aliento de espuma
que en la noche levanta el viento,
con su beso somnoliento
que se agita en el cristal vedado
de mis labios…
Una mirada hacia dentro
que busca sobre el pecho
el pulso de vida y la esparce,
por los quicios del aire.
El abrazo violeta,
la voz rota y cautiva,
la risa regalada,
la balada del verso
poblada de ausencias y silencios.
La luz blanca
que devuelven los astros
si miro al cielo,
un silencio tras la puerta
dividiendo la tarde
en dos mitades,
Un naufrago del alba
en cada uno de mis sueños…
como ese adiós sin alas,
que no quiere
morir en el aire,
que envidia por el que es, maravilloso sentir para el que inspira tus versos.
ResponderEliminarsaludos
PD: me comprometo a optimizar la carga de mi blog .
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ResponderEliminarBonito !
Feliz Domingo de Pascua, Carolina.
Beso.
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Amor... amar...
ResponderEliminaren la tierra o en el cielo...
desplegando velas y achicando mares.
Reconociéndome en tus versos...
Amor... amar...
calmando tempestades y agitando vientos...
llenando de azules la mirada
y desatando cadenas de fuego...
De ti partí y a tu puerto llego...