
Al ingenio, al misterio, al encanto… le llaman Aleph y otros, le llamamos Borges…
Porque sí, porque Borges era un misterio como ser y sabía ser un misterio… pues no se puede comprender a este hombre, sino pensando que lo fue…
Acaso no es un misterio que un conservador, un liberal moderado, se disfrazara de reaccionario…
Y qué decir de que cada vez que lo nominaban para un premio sumamente importante, soltara los improperios justos y necesarios para no serlo y perdiera el premio… y además el Nobel…
Y no es un misterio que presumiera de tomar drogas y su mayor dependencia fueran, los caramelos de menta…
Y no tiene Aleph que después de quedarse ciego, viajara por el mundo para según él oler los países… se llevó el olor del Machu Pichu en los ojos, y dibujó un Japón en su mente y se dejó explicar las calles y las ciudades con la misma sencillez que aceptaba ser vetado para el Nobel…
Acaso no es peculiar que cuando se cansaba de ser Borges, y quisiera conocer el verdadero hombre que llevaba en las sombras, dijera: “¿Y porqué voy a morir si nunca lo he hecho antes?, vamos como si se tratara de ser bombero o maestro… según él hasta la muerte le puso veto…
Todo eso y mucho más era Borges, todo menos un escritor mediocre.
Todos vamos directos al anonimato, pero él no lo fue, Borges era el Aleph y al Aleph, muchos le llamamos Borges…
Definitivamente era grande como escritor.
ResponderEliminarBien por este homenaje.
Un placer leerte.