
Quisiera mirar el brillo largo de tus ojos,
llevarte al fin del mundo,
quisiera que con solo mirarte,
obtenga de ti el amor a raudales,
derrochándolo…
En el caudal de tus ojos puse la fe de mi vida,
por ellos vi, veo y viviera,
aunque sé que en ellos me cuentas tus límites y sueños,
¿O son mis límites y son mis sueños?
Entonces lo que seas en mí,
Seas.
Porque te estoy mirando hasta cuando no pasas,
y el viento no te trae como las hojas
que caen y vuelan si las dispersas
sobre mi cuerpo,
que ojala fuera tu tierra…
Callado mi corazón
espera a ver si tus ojos mudos en el aire se abren
y te despiertas,
del desvaído sueño de la indiferencia.
Sepas niño de mis ojos
que supe lo que era vivir
porque te pensé a diario,
vivir es querer y te he querido siempre.
Aunque no te percates del amor que siento,
yo te seguiré queriendo,
pues si dejara de quererte,
es cuando muero…
Y es que pensar y soñar a alguien da vida.
ResponderEliminarMi niñaaaaa qué bonitooooooo.
Y ya me voy a acostar que vamos que se me ha hecho tardísimo. Pero al final pusiste la guinda.
Un beso muy fuerteeeee.
A veces dejar de querer es una liberación. Lo que nos mata es precisamente seguir queriendo cuando no somos queridos... no crees?
ResponderEliminarBesos.
Que bonitas letras, que bonita entrada todo me cautivo.
ResponderEliminarBesos
Hola Ana, me alegra verte por aquí.Un besote.
ResponderEliminarHola Davo, bueno no es tanto, la poesía acentúa mucho las cosas, en realidad si me quiere y mucho, otra cosa es estar o no... :)
Gracias por leerme.
¡Qué lindo poema!, querer, amar que puede ser más bello, mas importante en la vida, me encantaron tus versos tan sentidos.
ResponderEliminarBesitos
Bello.. Bello... Bello...
ResponderEliminarPero echo de menos un algo de música que perfile el sentimiento. Todo llegará...
Gracias, maestra por tus versos.
Un gran abrazo.